viernes, 11 de noviembre de 2011

54. EL HOTEL DEL CORONADO, San Diego, California, USA.

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Ahora que recuerdo, el Hotel del Coronado fue un regalo o propina del argentino Gustavo, nuestro guía turístico en Los Angeles. El plan de día era hacer una de esas visitas señaladas en la vida de todo devoto de la Arquitectura: la del  Salk  Institute de Louis Kahn en La Jolla. Pero como yo andaba ya en trámites de dejar de pertenecer a esa secta, lo accidental fue aquel día mucho memorable que lo esencial. Tras ver el edificio de Kahn, parar en la playa de La Jolla a relajarnos, y comer luego viendo los portaviones de la Séptima Flota (la que un día estuvo en Pearl Harbour), Gustavo propuso llevarnos a la isla de Coronado a ver el famoso hotel donde se rodó la segunda parte de CON FALDAS Y A LO LOCO. Y como jefe de la expedición, acepté encantado. 

Como todo esto sucedió en el curso de un solo día y hace de ello bastante tiempo (el 12 de abril del 2004) cojo el spypnic y voy para allá a hacer unas fotos desde el aire y situarme, porque nada me hace más feliz en estos tiempos que poner los lugares en su sitio. 

Justo en el límite de los Estados Unidos y México en la costa californiana, una extraordinaria bahía cerrada por la isla de Coronado dio lugar a la ciudad de San Diego, y en el punto amarillo que he puesto en el mapa, se construyó en 1888 (Merrit Reid y James Watson Reid, arqtos) uno de los hoteles más fabulosos y grandes del mundo para el turismo estival de entonces. 


Bajamos hasta el punto en cuestión y echamos un rápido vistazo al hotel...


... y volvemos a levantar vuelo para coger perspectiva y ver el lugar con la opción de edificios, que nos permite vislumbrar el downtown de San Diego y el elevado puente que permite el rápido acceso a Coronado y deja pasar los barcos de la Séptima Flota por debajo:


Viajamos ahora otro poco en el tiempo y volvemos a acercarnos al hotel desde el aire pero en 1927:


Aparte de su excelente ubicación (que nuestra maravillosa ley de costas no permitiría), lo más destacado del conjunto es ese pintoresco volumen cónico que articula la fachada de la entrada y la que da a la playa. 


Si aparte de los turistas de alto poder adquisitivo que ya atrae, también vienen a él visitantes esporádicos, es muy lógico que la primera impresión que uno obtenga es la de un eurodisney más:


Pero si uno va explorando uno a uno los detalles y paramentos del edificio y de todos sus añadidos posteriores, es posible que le encuentre el encanto de esas composiciones abiertas, pintorescas y frescas con que la arquitectura nos regala tan pocas veces. Repare con detenimiento el curioso lector en la disposición tan aleatoria de los huecos y dispóngase a disfrutar un rato:





 También entramos al lobby, y recuerdo que me llamó la atención la extraña decoración todo-en-madera como si fuera un hotel de montaña. No hice fotos, pero tomo prestada una que he encontrado en la red y que no sé que derechos de autor tendrá (la gente pone aún unas cosas muy raras sobre derechos de fotos que en estos tiempos de millones y millones de pixels y música de disparadores de cámaras suena como antidiluviano) pero que si su autor quiere que la quite, sin problema. 


Nada que ver con el exterior ni con el lobby de la película de Billy Wilder. Los directores de cine son unos cachondos, porque se pasan por el forro la arquitectura de los arquitectos haciendo los collages que les da la gana. 

Como mi mejor recuerdo del Hotel del Coronado es el de la sala de baile donde Marilyn cantó I WANNA BE LOVED BY YOU y en aquella visita no pudimos comprobar si Wilder había hecho con ella lo mismo que con el lobby he buscado alguna foto reciente y he encontrado esta birria:


Pero como este blogs va lugares memorables  y no quiero que nadie lo cierre con mal sabor de boca, ahí va la sala de baile que Willy Bilder le regaló en 1959 haciendo para siempre de este Hotel un edificio LHD:


Ah, y hablando de travesuras de directores de cine para con la arquitectura, no olvidar que Bilder también se lo llevó de San Diego y lo puso en Miami. (Y eso por no hablar de las travesuras que hizo con el vestido de Marilyn y el foco de iluminación...).
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