jueves, 25 de febrero de 2010

22. ESTOCOLMO, AGUA Y LUZ

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Hace unos día vi “Under the sun”, una película sueca bastante tontorrona pero exquisitamente filmada, que me recordó lo bellísima que es la luz veraniega por allí, por el norte de Europa. Me acordé entonces de la experiencia lumínica más hermosa que viví en uno de los viajes del COAR a Escandinavia, el larguísimo atardecer en un paseo en barco por la salida de Estocolmo hacia el mar,



y caí en la cuenta de que en aquel artículo que escribí sobre la “ciudad y el agua” para la exposición posterior a aquel viaje no había publicado nunca mis fotos.






Una Voz en un Lugar fue un libro recopilatorio de artículos para el que no pensé en fotos. (¡Lo que hemos cambiado en sólo diez años!). En todo caso recuerdo que todos los arquitectos viajeros comentamos que las fotos de aquel viaje nos salieron bastante mal. La luz sueca nos engañó muchas veces; A nosotros y a los fotómetros automáticos de nuestras cámaras. Yo encima, cargué la cámara con diapositiva y en el paso a papel todavía empeoró más el resultado. He digitalizado algunas de aquellas frustradas fotos por si aún pudiera recuperar la evocación de aquella luz, pero creo que el resultado dista bastante de la realidad.






Pensé que Panoramio y Google Earth podrían ayudarme con su generoso material, pero la mayoría de las fotos que he podido ver de ese recorrido están hechas desde el aire o con una luz de mediodía que nada tiene que ver con la experiencia de luz y lugar que trato de traer aquí.

Sea como fuere, pongo también las fotos de Panoramio para dejar constancia de aquel recuerdo.






Y si con lo uno y lo otro no lo consigo, viendo “Under the sun” lo puede uno complementar.

Esta es la foto aérea de Google del extraordinario escenario geográfico del que hablo:

sábado, 20 de febrero de 2010

21. LAS CASAS DE TANA TORAJA, Sulawesy, Indonesia.

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Si creo que me moriré sin haber ido a Memphis, más seguro es que deje este mundo sin haber pisado Indonesia. Selva con mosquitos y bichos de toda índole, tipos de ojos rasgados con machetes en la mano (y encima musulmanes), y por si fuera poco, el cuarto país más poblado del planeta. No sé, igual de viejo me da por hacer un crucero como a Jünger en “Pasados los setenta”, pero no creo que aquí den las pensiones para tanto. Eso, si nos podemos jubilar...




Pero ya que viajar de verdad empieza a no interesarme, y a países raros mucho menos, con internet y buenos corresponsales, cada vez me gusta más. Hubo un tiempo en coleccionaba los suplementos dominicales de viajes, pero hubo también un momento en que me dieron asco: todo era bonito, todo era accesible, todo era igual, todo era plano. Si el periodismo en general es ya el modelo casi perfecto de la escritura vacía, el periodismo de viajes es el periodismo de los periodismos. Los blogs, sin embargo, son otra cosa. Fotos bellísimas y comentarios espontáneos, casi diría que directos. Y eso que la escritura nunca lo es (y la escritura pública mucho menos).




A lo que vamos: hace unas semanas encontré por causalidad el blog de un tal Ignacio Izquierdo,
que por lo visto anda por ahí dando la vuelta al mundo, y me enganché. No tengo ni idea de quien le paga ni he tenido tiempo de bucear hacia atrás en todo lo ya recorrido (¡va por el día 267 de su viaje!) pues de momento, bastante tengo cada semana con seguir lo que cuelga.
La calidad de las fotos raya en la perfección, o sea, en ese arte tan sobado de la fotografía publicitaria que más bien echa para atrás. No es fácil ver la verdad de las cosas cuando la fotografía es tan edulcorada y a mí en los viajes me gusta la verdad y no lo de los suplementos dominicales. Sin embargo, la frescura de sus textos compensa largamente la perfección de las fotos.



Gracias a Google Earth viajo luego a los lugares que menciona en su blog, comparo sus fotos con las que pone la gente, y me hago una idea. Las fotos que la gente cuelga en Panoramio son más de andar por casa, es decir, más cercanas a la verdad de los lugares.
Sin embargo en el caso de la aldea de Tana Toraja, las fotos que he encontrado en Panoramio son incluso más sorprendentes que las del propio Ignacio Izquierdo. Las casas con tejados en forma de cuernos de búfalo y los arrozales escalonados en ladera, parece que no necesitan de preciosismo alguno en el manejo de la cámara. Como escribí una vez del Guggenheim de Bilbao, toda foto que les hagas, por muy mal que encuadres (e incluso si encuadras mal, mejor) te sale una obra de arte.
No sé si hago bien en poner en este blog dedicado a la arquitectura sensata algo tan insensato como esas casas de Tana Toraja o esos minifundios de arrozales en ladera, pero eso es lo que pasa por viajar con internet: que a diferencia de los viajes pensados desde suplementos dominicales en que vas buscando lo que ya habías visto en las fotos, con blogs y google earth te sueles encontrar lo que no buscabas.


martes, 9 de febrero de 2010

20. BERDUN (Huesca)

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En pocas ocasiones me enamoro ya de un lugar, pero el otro día me ocurrió. Con la de veces que he pasado por delante del pueblo de Berdún nunca me había parado en él. Bueno, sí, una vez me había parado, pero no en el pueblo sino al pie del mismo, en la carretera. Y eso lo conté en un Cascotes: Parada Respiratoria.

Ni siquiera estuve seguro entonces de que aquel bar de carretera perteneciese a Berdún. Los pueblos de Huesca me dan pánico porque el Forropiedra Aragonés del que hablé en un LHD, ha causado, y sigue causando, estragos en ellos.

Pero bueno, esta vez era de noche, teníamos que cenar y había tiempo para pasear, y como la opción del Bar de la Parada Respiratoria siempre estaba asegurada nos atrevimos a subir al pueblo. ¡Y qué sorpresa!. Calles estrechas y sin apenas coches, casas de verdad y con poco o nada de forropiedra ni de modernidades de arquitectos. No pudimos disfrutar de las impresionantes vistas que tienen desde ese balcón sobre el Pirineo, con el Bisaurín al fondo



o del dominio de la Canal que lleva el nombre del propio pueblo, pero a cambio hicimos vida interior y recalamos en su único bar, El Rincón de Emilio, que a pesar de tener un anuncio-cartel gigantesco y bastante horroroso (o convencional) a la entrada-aparcamiento, resultó tener un estupendo ambiente popular. Tienen una web con foto forropiedra, pero por suerte no vimos esa perspectiva, y lo que sí hicimos en él fue cenar un par de huevos fritos con Chistorra por 4 euros, atendidos estupendamente por Sandra, una camarera la mar de tranquila, servicial y simpática.

Como era de noche no pude hacer fotos de sus calles y casas, pero rastreando por la red he encontrado un par de ellas para poner aquí.




La verdad es que cuando nos fuimos de Berdún dudamos de si era tan bonito como lo habíamos visto, o si mi amor era producto de la nocturnidad, pero a la vista de estas fotos creo que fue un amor verdadero.

La mayoría de las fotos de Google Panoramio son las que los turistas hacen desde la carretera. Y entre ellos me incluyo. Nosotros la hicimos al día siguiente, pero fue más que nada para testimoniar nuestro flechazo. Es la que he puesto para iniciar este post.

Para acabarlo, pongo la habitual foto aérea de Google.



Y por supuesto, la bellísima y limpia cara norte del pueblo según se descubre cuando se viene de Pamplona.