lunes, 1 de junio de 2015

85. IGLESIA RUPESTRE DE ARROYUELOS. SANTANDER



Nuestros proyectos para el pasado puente del uno de mayo eran meramente deportivos pero la llovizna del primer día nos hizo cambiar de planes y nos pusimos a pasear con el coche y turistear un poco por las carreteras comarcales de la zona del alto Ebro en los límites entre las provincias de Santander y Burgos. No teníamos ningún objetivo concreto y nos fuimos guiando por las indicaciones de las carreteras. Bajando del páramo de Bricia hacia el Ebro vimos unos cartelillos (creo recordar que cochambrosos) que anunciaban la iglesia rupestre de Arroyuelos, y a falta de nada mejor (a mí la arquitectura rupestre no me ha interesado nunca mucho) entramos en ese pueblo. Las indicaciones se perdían en la destartalada calle pavimentada que vertebra el pueblo y a punto estuvimos de darnos la vuelta, pero finalmente seguimos hasta el fondo de la misma y...¡oh maravilla! Rosalía y yo nos quedamos casi "petrificados" por el descubrimiento.


Esta es la ubicación de Arroyuelos, y como en las fotos aéreas de google earth no se ve muy bien la tortuosa salida del río desde el pantano de Reinosa, he dibujado grosso modo su trazo para hacernos una idea.


Aunque la foto de google earth no tiene mucha definición en esta zona, marco aproximadamente la ubicación de la iglesia rupestre con un punto amarillo.


Cuando pensamos en iglesias rupestres imaginamos que se tratan de excavaciones en una montaña, pero la primera sorpresa que nos depara la iglesia de Arroyuelos es que tiene volumen propio porque está excavada en un gran predusco. Es decir, no es sólo rupestre por dentro sino también por fuera. Utilizo aquí a mi compañera de aventuras para dar la escala y para compartir la contemplación de esa especie de forma abstracta y animal que conforman la boca de la entrada y el ojo de su ventanal superior.


Es una forma simpática, casi como de monstruo infantil, al que le coges cariño y no te cansas de mirar. Franqueando la entrada había una cancela cerrada con un candado desde la que se veía, oh sorpresa, que el espacio interior de la iglesia-cueva parecía estar organizado en torno a un pilar de la misma piedra.


¡San Baudelio! ¡San Baudelio de Berlanga! exclamamos alborozados por la semejanza con aquella otra ermita soriana a la que dediqué uno de los primeros post de este blog (edLHD 35). No había indicador alguno de dónde se podría obtener la llave de la cancela para poder entrar en ella y disfrutar de tan singular espacio, pero como no íbamos en plan de estudio, nos conformamos ya con nuestro descubrimiento personal y dimos por concluida la visita.


Claro que, de vuelta a casa no me he privado de investigar un poco en internet (maravilla de información) para..., ay, mermar un poco mi entusiasmo, y descubrir que el pilar que se ve desde la cancela no está en el centro del espacio principal, como en San Baudelio, sino que hace las veces de separación entre el espacio central y una pequeña "nave" lateral. En compensación, aparecen en la planta superior otros dos pequeños pilares que configuran un originalísimo "coro" lateral con un gran "rosetón" al exterior que posteriormente fue cerrado con un muro de sillería concertada y mampostería dejando tan sólo ese pequeño hueco a modo de "iris" del gran ojo. 

La originalidad del volumen exterior y del espacio interior de esta pequeña iglesia, que según los expertos podría datar del siglo IX o X, la hacen merecedora de un lugar preferente en este blog. Como merecedores de agradecimiento son todas esas webs de entusiastas amantes del patrimonio cultural que he consultado en internet para tener más datos de esta joya de arquitectura, y especialmente, el autor del estupendo croquis (aunque entre los datos obtenidos no estuviera su nombre) que nos ha permitido conocerla en profundidad.