El apunte a la lápiz de la fachada de Amiens me salió algo mejor que en Chartres. Debió de ser por haber renunciado a entender que con un dibujo pudiera capturar el alma de una catedral. Aunque eso de "mejor" habría que matizarlo. Normalmente prefiero un mal dibujo que llegue más a la esencia del edificio que uno más convencional, más de trazo suelto y de escuela, que no diga gran cosa. Este cuando menos cuenta que los constructores de las torres tampoco se pusieron de acuerdo en Amiens, aunque afortunadamente se nota menos que en.Chartres. Sin embargo, visto desde la limpieza espacial y de la unidad general de la catedral, quizás sea más grave que en Chartres porque probablemente sea Amiens una de esas catedrales prototipo de claridad, prototipo de "catedral de una pieza", si eso pudiera decirse alguna vez de una catedral.
El apunte es de la segunda vez que estuve en Amiens. En la primera hice alguna foto del interior y unas curiosas anotaciones en mi cuaderno: La catedral de Amiens es un gigante lleno de luz. Las capillas laterales, con grandes ventanales, equilibran la luz superior de la central y hacen que el espacio y la luz fluyan en todas las direcciones. Una gran reja en el presbiterio y un horrible huevo frito aplastado en la girola rompen la unidad de la catedral y de la grandeza del espacio central. Aún así, hicimos algo que resultó muy grato: recorrer lentamente, de atrás hacia delante, toda la nave central justo por su eje. Es como mejor se siente la fuerza del espacio. Todo el despliegue de piedra, de pilares, de arcos, ventanales y bóvedas parece girar y gravitar sobre ti".
(las fotos las he tomado de la red, por lo que agradezco a los autores su generosidad).
Seguro que yo iba mirando para arriba y no a los pies, porque el ajedrezado me parecía demasiado nuevo. En efecto, se trata de una reconstrucción hecha en el siglo XIX aunque se ve que con los dibujos originales y con otro célebre laberinto...
...que esta vez sí conserva la piedra central donde están "retratados" entre los puntos cardinales los tres sucesivos "arquitectos" que dirigieron la obra entre 1220 y 1280 y el obispo que la inició. Otra alma caritativa cogió altura, hizo mejor foto y la colgó en la red, por lo que le quedamos muy agradecidos.
Vuelvo a leer que los laberintos estaban hechso para los animados peregrinos que quisieran hacer de rodillas un largo y tortuoso trayecto antes de ver la reliquia de la catedral. En ninguna de las visitas tuve noticia que la reliquia de Amiens es nada más y nada menos que el cráneo de San Juan Bautista que un cruzado francés se trajo vía Constantinopla de una Cruzada de comienzos del siglo XIII.
Llamándome yo Juan y teniendo en mucha estima a quien abrió los caminos del Señor y fuera víctima de un baile lujurioso (y en bandeja parece que han puesto su cabeza para mayor realismo de su última circunstancia), ya siento haber pasado tan cerca sin hacer una reverencia.
Tengo anotado también que al igual que en Notre Dame de París, a la girola se accede subiendo algún peldaño. No se aprecia en la foto que le hice a mi novia en 1992 a su paso por el trascoro, que es como siempre queda bien una catedral.
Lo que sí tengo es un montón de fotos que hizo ella de muchas de las estatuas que le llamaron la atención en la segunda visita, la del 2001, pero no es cosa de ponerlas aquí sino más bien recordar que la catedral de Amiens tiene tantas estatuas en la fachada que la llamaron La Biblia en Piedra. Yo, como arquitecto, prefiero seguir con mis asuntos, con el espacio y las dimensiones, y contar (si wikipedia no miente) que Amiens es la más alta de las catedrales francesas, 42,3 m bajo bóveda. La comparativa la he tomado sin embargo de una lámina de la Universidad de Navarra que, a su vez, vaya uno a sabe de donde la han tomado. Bonita ya es. Amiens es la penúltima empezando por la izquierda.
Y hablando de láminas, la Biblioteca de Heidelberg publica en la red otra colección muy bonita de grabadores franceses del siglo XIX. No sé si captan con el preciosismo de su dibujo la esencia de la catedral mejor con que un trazo suelto, pero lo cierto es que se debieron pasar muchas más horas que yo para hacerlas:
Más que esas dos espléndidas vistas axiales, yo agradezco mucho el dibujo de los arbotantes, porque expresan muy bien su finura y no porque no creo que dejen subir ahí para verlo:
En todo caso desde la calle se puede leer muy bien su limpia cabecera.
Antes de alejarnos para contemplarla en la perspectiva urbana o aérea, reparo en la tremenda complejidad formal de uno de sus rosetones. Es como si estuviera hecho de varias superposiciones:
En asunto de colorines se ve que una restauración de la fachada con rayos láser realizada no hace mucho, demostró que efectivamente estaba toda ella policromada (vaya, que las catedrales no eran blancas, como creía Le Corbusier) pero ya que no a repintarla, los franceses juegan a colorearla con luces en las noches de verano:
Puestos a ver la catedral desde lejos y a jugar con el impagable material de que ahora podemos disponer, os muestro la lámina de un grabador del siglo XIX
y la que nos podemos tomar ahora con google earth:
Creo que en las dos veces que estuvimos, nosotros fuimos a verla desde el otro lado, es decir, desde el río. Sospeché ya entonces que todas esas casitas tan monas eran falsas y de vuelta a casa supe que hubo un concurso de reconstrucción que ganó Bob Krier (ahhhh, el del Cascote de Bilbao).
Lo bueno de los pastiches es que envejecen muy bien. De Panoramio he cogido esta otra foto mucho más reciente.
Pero para envejecer bien, lo que se dice envejecer bien, las catedrales. Con la que de bombas que cayeron alrededor, la catedral de Amiens, sin embargo, salió indemne de la Primera y de la Segunda Guerra Mundial. No cabe duda de que las catedrales están construidas sobre suelo sagrado. La última vez que fuimos a visitar la catedral de Amiens nos pasamos la mañana visitando los escenarios de la Batalla del Somme. Suelos para mi tan sagrados como la catedral, porque están regados con el valor, la inocencia y la sangre de miles de hombres. He dejado de ello un recuerdo en este mismo blog. Aunque un buen número de memoriales se encargan de recordarlo, las formas de los campos de batalla se conservan peor que la Catedral. Es por ello que en ese cosmos de piedra y luz de la catedral gótica de Amiens, yo siempre veré, no solo los valores arquitectónicos de la última de las catedrales del así llamado periodo clásico francés, sino el reflejo de aquellos terribles años de la historia de la Humanidad.
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