En el capítulo VII de LA CIUDAD EN LA HISTORIA, el gran libro de Lewis Mumford dedicado a la invención de la ciudad recientemente editado por Pepitas de Calabaza, aparecen con la ciudad helénica y la malla hipodámica dos de las grandes creaciones de la humanidad: la calle y la stoa. Y Mumford, en una de esas citas que demuestran la universalidad de sus conocimientos, rápidamente menciona dos de los logros urbanísticos más bellos del mundo: la vía Roma de Turín y la calle XX de septiembre de Génova (pag 330).
Como no podía ser de otro modo, al leer esas menciones el corazón me dio un salto porque cuando visité Turín en un viaje de los que organicé para el COAR en el año 2000, al descubrir la Vía Roma experimenté una de esas grandes sensaciones de "euforia urbana" que tanto me han animado a lo largo de mi vida. Copio de mi cuaderno de viaje, 8 de junio del 2000:
La Costa Azul es agobiante de densidad de tráfico y de edificación. Me compro el mapa amarillo de Michelín pero creo que no lo usaré mucho. Me parece una zona tan bulliciosa como confusa. El encuentro con Torino, sin embargo, me llena de euforia: la Arquitectura como fenómeno urbano y no tanto como fenómeno artístico podría ser la mejor definición de esta ciudad. Los espléndidos soportales se extienden sobre los cruces de las calles. Toda la escala es monumental, y sin embargo, urbana. Toda la ciudad es un monumento. Cenamos agradablemente en el restaurante Savona, al final de la avenida Po. Se lo debemos a Pepe Garrido, que se informó previamente en Internet. En el paseo de regreso al hotel, a las 11 de la noche, la ciudad estaba bastante más animada que entre las 8 y las 9.
Eran aún años de cámara analógica y no hice muchas fotos. Además, los soportales tienen la cualidad de no ser muy fotogénicos. Son de ese tipo especial de arquitecturas que hay que vivirlas y no sólo verlas. Lo que sí recuerdo es el cambio de estilos arquitectónicos entre unas y otras zonas de la calle, desde los neobarrocos decorativos decimonónicos a la modernidad fascista italiana, sin menoscabo alguno de su grandeza espacial.
Seguro que entre la documentación previa de los "monumentos" a ver en aquel viaje a Turín no estaba la vía Roma, pero si por algo recuerdo a Turín y por algo recomendaría una visita a esa ciudad, es por verla y recorrerla una y otra vez.
La visito ahora con google earth, primero localizándola en el damero de la ciudad, entre la plaza del Castello y la estación del ferrocarril:
Y dándole a la opción de ver los edificios dibujados con sketch up, que en Turín son muy abundantes, cojo la perspectiva del eje de la calle desde encima del Castello y me recreo en esa plaza intermedia entre los dos potentes focos que la enmarcan, que todavía la hace más singular.
En el verano del 2010, y de regreso de unas vacaciones en Baviera, paramos en Génova, ciudad que conocía mal y en la que no había estado desde el año 79. No iba con guía alguna ni plan de visitas, así que callejeamos sin más, buscando obviamente la famosa "strada nuova" o vía Garibaldi. Esta es mi anotación el 23 de agosto del 2010:
Bajamos por San Lorenzo, vimos el Duomo, seguimos por San Luca y finalmente encontramos la famosa calle de palacios tomada ya, casi definitivamente, por la Banca. Hice muchas fotos de la Fenice de Rossi, en el que se pueden ver ya bastante bien sus defectos y sus virtudes. La euforia urbana, sin embargo, nos llegó al descubrir inesperadamente la XX de septiembre, donde todo me parecía digno de recordar.
O en la variedad de su unidad, que en las elegantes palabras del epígrafe de Mumford de donde ha manado este post, definen el gran invento de la calle y de la stoa múltiple: "DEL DESORDEN FLEXIBLE A LA ELEGANCIA REGLAMENTADA".
¿Viaja alguien para ver calles? ¿Existe alguna guía de las calles más bellas del mundo? ¿o de las ciudades que vale la pena visitar por pasear y estar en alguna de sus calles? No conozco ninguna pero lo que es evidente es que estas dos ciudades y estas dos calles estarán en lugar preeminente, y que el que la redacte lo deberá agradecer a Mumford y a edificios LHD.